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Adaptarnos con el cuerpo

Publicado por Maxiavida viernes, 24 de septiembre de 2010


El cambio estacional, especialmente en primavera y otoño, supone una adaptación a unos horarios nuevos, a otra temperatura, a otros hábitos e incluso a otra alimentación. En ocasiones, esta adaptación resulta dificultosa y da lugar a una situación de ASTENIA: cansancio, fatiga, debilidad generalizada tanto en el plano físico como en el mental.

Para evitarla es importante alimentarse de una manera consciente y equibrada, incrementando el consumo de frutas y verduras para reforzar el consumo de vitaminas; el ejercicio físico cumple una tarea importante, tanto para optimizar el consumo de oxígeno como para estimular la producción de endorfinas, mejorando así el estado anímico. El contacto con el aire libre y, si es posible, la Naturaleza contribuirá también a oxigenarnos.

Podemos también ayudarnos de algunas plantas para adaptarnos a estos cambios, siempre, eso sí, bajo supervisión de un/a naturópata cualificado/a:

- Raíz de eleuterococo: Nos ayudará a mejorar el rendimiento físico e intelectual, a la vez que estimula las defensas. Tiene un efecto antidepresivo. No se debe administrar en casos de hiperestrogenismo, hipertensión o dolencias cardíacas.

- Raíz de ginseng: Es muy conocido su efecto estimulante, pero siempre hay que tener en cuenta que es incompatible con la hipertensión y las cardiopatías.

Como es de suponer, siempre es preferible prevenir la astenia que tener que tratarla cuando ya ha llegado: un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada y rica en nutrientes, ejercicio físico moderado y regular y contacto frecuente con la Naturaleza nos asegurarán una transición cómoda al tiempo frío.

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